Un rastrillo de lodos no metálico es un sistema integral en el que todos los componentes críticos sumergidos en las aguas residuales—como travesaños, cuchillas, cadenas, soportes y zapatas de desgaste—están construidos con plásticos de ingeniería avanzada o materiales compuestos en lugar de metal. Esta filosofía de diseño aborda directamente los dos mayores enemigos del equipo sumergido en aguas residuales: la corrosión y la abrasión. Materiales como el UHMW-PE, HDPE y epoxi reforzado son completamente inmunes a la corrosión electroquímica causada por el sulfuro de hidrógeno y los ambientes húmedos, que destruyen rápidamente el acero al carbono y el acero inoxidable. Además, estos polímeros suelen poseer una resistencia superior a la abrasión por partículas sólidas abrasivas, superando al acero en muchas aplicaciones. Los beneficios son múltiples: vida útil considerablemente extendida, eliminación del mantenimiento por corrosión, reducción del consumo energético debido a partes móviles más ligeras y prevención de contaminación metálica en el lodo. En un escenario de modernización para una planta antigua, instalar un rastrillo de lodos no metálico puede devolverle nueva vida a un tanque de sedimentación, transformándolo de un activo de alto mantenimiento en uno confiable y de bajo costo operativo durante décadas. Representa el estándar moderno para la operación fiable y económica de tanques de sedimentación, ofreciendo un retorno de inversión excepcional mediante costos de ciclo de vida ampliamente reducidos.